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Circo Romano de Cartagena

Qué visitar en Cartagena

La Verdad de Murcia nos ofrece en este artículo una visión rápida de que ver en 48 horas en Cartagena. Como el propio artículo nos dice «Para visitar bien Cartagena se necesitarían, no 48 horas, sino 3.000, tantas como años tiene esta ciudad murciana».

Empezando con un itinerario arqueológico, incluyendo el Castillo de la Concepción, que se halla sobre la más alta de las cinco colinas reseñadas por el griego Polibio; por lo que es el punto más elevado del casco antiguo y siendo el mejor balcón de la ciudad.

Para comer nos recomiendan diversas freidurías del puerto, como Techos Bajos, La Casa del Pescador, Varadero y la del Club Náutico Santa Lucía. Además de pescados recién salidos del mar (rape, corvina, gallo pedro, gallineta y pollo de mar…) y mariscos, se puede y se debe probar el típico arroz caldero. También es típico el café asiático, que se sirve en una copa especial, realizada en cristal más grueso para resistir el colapso térmico.

Después de comer nos recomiendan un viaje tranquilo en el barco turístico que recorre la dársena natural de la ciudad, desde el que podremos admirar las fortificaciones de la misma.

Más tarde nos recomiendan recorrer el Paseo Marítimo y su Museo Natural de Arqueología, donde se encuentra el el tesoro de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, compuesto por más de 650.000 monedas de oro y plata.

En el otro extremo, junto al Arsenal, se levanta el que hasta 1999 fue Centro de Instrucción de Marinería y antiguamente prisión militar, un edificio del siglo XVIII, donde podremos encontrar el famoso submarino de Isaac Peral.

Por la noche es hora de ir de tapas. La zona más interesante para ello es el eje peatonal formado por las calles Mayor, Puertas de Murcia y Carmen. Y la tapa más típica, la que llaman marinera: una rosquilla alargada con un montoncito de ensaladilla y una anchoa encima.

Otro plato tradicional son los michirones, elaborado con habas secas, huesos de jamón, tocino magroso, chorizo, patatas y cayena. Barras como la de Bodega Nicolás, un local centenario que destaca por la tortilla de guisantes y la sangre frita. El Rincón de Miguel es famoso por sus montados: el llamado Reglamento, de lomo; el Fronterizo, de lomo y chorizo; el Malasombra, de hueva y jamón; el Campero, de lomo y jamón, y el Cantonal, de jamón y queso roquefort. Si nos pirran los huevos, nuestro sitio es Manda Huevos Si nos gustan los callos y el Real Madrid, Casa Pepe. Si preferimos las tapas de diseño, ARQVA, la cafetería-restaurante del museo homónimo.

Y si pensamos que la mayoría siempre tiene razón, iremos a Tapería Ego’s, D’Almansa y La Catedral, que son los establecimientos que ganaron, por votación popular, la ruta de la tapa de 2013. Especialmente recomendable La Catedral: paredes de sillería, columnas romanas y un aljibe del siglo XVIII son algunas de las joyas que esconde el lugar, desde cuyo interior se ve el Teatro Romano. Además tiene una agradable terraza para tomar copas.

Y para acabar el primer día podemos ir de copas. La zona de ellas se sitúa en la encrucijada de las calles Príncipe de Asturias y Jiménez de la Espada.

Para el segundo día, sugieren empezar con los palacetes modernistas construidos a principios del siglo XX, así como con la arquitectura contemporánea de la ciudad.

A partir de las 12:00h, nos recomiendan visitar las minas que dieron vida a la comarca durante el último tercio del siglo XIX y buena parte del XX y sus museos.

Para comer el segundo día también nos recomiendan diferentes restaurantes como La Marquesita, El Barrio de San Roque o Los Churrascos.

A continuación podemos visitar La Palma, Cabo de Palos y El Mar Menor, la mayor laguna costera salina del Mediterráneo occidental, con unos 135 kilómetros cuadrados de superficie.

Por la noche tenemos muchas opciones de diversión, especialmente si nuestra visita coincide con alguna de las fiestas de la ciudad.

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